sábado, 5 de marzo de 2011

En el Perú (Parte IV): Saliendo del Bosque

Luego de tres semanas de trabajo muy intenso al interior del bosque terminamos la fase de campo de nuestra investigación.


En la mañana del 31 de Octubre del 2010 el helicóptero nos recogió en el tercer campamento, en la parte baja del río Yaguas, para llevarnos de regreso a Iquitos....



pero antes nos dirigimos a la Comunidad Indígena de Huapapa, sobre el río Putumayo en la frontera con Colombia. Allí se llevaba a cabo el Primer Congreso de la Federación de Comunidades Indígenas del Bajo Putumayo (FECOIBAP); en la Comunidad nos encontramos con el equipo que estaba realizando la caracterización social de la zona y realizamos una presentación con los resultados preliminares de nuestro trabajo.

Salón Comunal donde se realizó el Congreso


Presentación de resultados frente al Congreso

Luego de una rápida visita en la Comunidad reemprendimos el vuelo hacia Iquitos, pero las grandes distancias nos obligaron a realizar una detención de reaprovisionamiento de combustible en la Ciudad de Pebas, a orillas del río Amazonas. Detención que aprovechamos para visitar a Francisco Grippa (http://franciscogrippa.blogspot.com/), reconocido pintor Peruano que tiene una casa allí, mitad castillo de cuento de hadas, mitad estudio artístico, la cual es de lejos la estructura más alta y llamativa de la pequeña ciudad.


Francisco nos recibió muy amablemente, y como un personaje sacado de un libro destacaba elegantemente de entre la población del lugar; vestía impecablemente, estaba bañado en loción y usaba varias joyas de oro, recordándome por un momento a Philipe Noiret en la película "Il Postino" interpretando a un Pablo Neruda exiliado en la costa Italiana.


Francisco Grippa junto a una de sus obras


Casa de Arte

Mercado en Pebas



Luego de esa corta pero sustanciosa visita regresamos a la cancha que nos sirvió de helipuerto para continuar nuestro viaje. Desde luego la llegada de un helicóptero lleno de gringos barbudos es siempre un acontecimiento, lo que congregó a mucha gente del lugar



El último tramo del vuelo duro cerca de una hora, en la que disfrute de una espectacular vista del bosque desde la puerta de emergencia del helicóptero desde donde pude  apreciar como se incrementaba el grado de intervención del bosque a medida que nos acercábamos a Iquitos, evidenciando algunas quemas, proceso necesario para cultivar en estas zonas....




Una vez en Iquitos nos alojamos en el Hotel Marañon, donde luego de una buena afeitada y un largo baño en el que me dediqué pacientemente a quitarme las últimas de las incontables garrapatas que me acompañaron en el bosque, tuvimos una merecida tarde de descanso.


De los días subsiguientes no tengo mucho que decir, la mayor parte del tiempo estuvimos "enclaustrados" en el Vicariato de Iquitos, donde contábamos con un gran salón en el que trabajamos fuertemente en la elaboración del informe de nuestra investigación, allí estábamos durante todo el día, y la mayoría de la veces no tuve siquiera el tiempo de salir a almorzar.


Malecón, Iquitos


En las noches cenábamos con los compañeros, ocasión en la que disfrutábamos de las variadas maravillas de la gastronomía Peruana, luego una cerveza en el bar frente al Hotel, cita que los Colombianos del equipo siempre cumplimos con puntualidad, y finalmente al hotel a leer y continuar la búsqueda de información con una exasperantemente lenta conexión de Internet del hotel.

Fueron días intensos y de poco sueño en los que esbozamos el grueso del informe; en algunas ocasiones tuve la oportunidad de trabajar al Herbario de la ciudad (AMAZ), lugar en el que los botánicos nos sentimos en casa.

El domingo 7 de noviembre dimos por terminado el trabajo, restando solo una presentación ante varias entidades y organizaciones de la región, esa noche trabajé hasta tarde en el herbario intentando aprovechar el poco tiempo de que aún disponíamos y conté con la mala fortuna de contraer un fuerte resfriado que estuvo saltando entre muchos de los miembros del equipo.

Desembocadura del río Nanay
A la mañana siguiente preparamos nuestro equipaje, realizamos la exposición del trabajo y luego los "colombiches" del grupo fuimos a almorzar  a Bellavista-Nanay, uno de los puertos de la ciudad.

Allí en un restaurante-balsa junto a la desembocadura del río Nanay sobre el Amazonas, viendo despegar y acuatizar aviones, disfrutamos un delicioso almuerzo, el mio un ceviche de paiche acompañado de una rica chica morada....





Luego retornamos al hotel, recogimos todas nuestras cosas y nos dirigimos al aeropuerto, donde tomamos un vuelo a Lima, dejando de lado atrás la amazonia y todas sus maravillas.....





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