sábado, 4 de junio de 2011

Guaviare, un paraíso por descubrir


En esta ocasión les quiero compartir un viaje a los límites noroccidentales de la Amazonía, en el departamento del Guaviare, en Colombia.

San José del Guaviare es la capital del departamento del Guaviare; departamento que ha sido victima de las acciones guerrilleras por mucho tiempo generando un fuerte estigma de orden público; sin embargo la zona tiene un enorme potencial turístico, y actualmente goza de buen orden público y seguridad, además de una gran riqueza biológica a todos los niveles.


Por todo esto la empresa Travesías Selváticas  (https://www.facebook.com/profile.php?id=100002138743648), con el apoyo de la gobernación está promoviendo el turismo a la región, y organizó un atractivo plan para la semana santa de este año (21-24 de abril 2011).

A San José de Guaviare hay dos formas de llegar, una es por avión, y la otra por tierra a traves de una carretera que pasa por Villavicencio y varias ciudades del departamento del Meta, antes de entrar al Guaviare cruzando el enorme puente Nowen sobre el sobre el río Guaviare que sirve como frontera departamental.


Puente sobre el río Guaviare

Está fue la forma en que llegamos en el que es mi vehículo favorito y que se ha convertido en todo un estilo de vida y filosofía: la motocicleta. Así que  en compañía de mi novia, y junto a cerca de 200 motociclistas emprendimos el recorrido desde Bogotá. 

La madrugada del jueves 14 de mayo, en compañia de mi novia cargamos nuestras alforjas sobre mi FZ 16, motocicleta que a pesar de ser de bajo cilindraje (153 cc) nos ha llevado a visitar varios sitios del pais, incluyendo lugares tan alejados como Cúcuta en la frontera con venezuela. Sobre las 5:15 am emprendimos la marcha rodando solos y delante del grupo grande que saldría poco después.

Una pequeña pausa en la vía Bogotá-Villavicencio
Salimos de la ciudad por el Sur, tomando la vía a Villavicencio que nos conduce desde los bosques altoandinos hasta las llanuras de la Orinoquia en un recorrido que nos tomó cerca de dos horas y que nos obligo a tomar la vía antigua desde Pipiral la que se encuentra en mal estado, ya que las autoridades de tránsito inexplicablemente no permiten la circulación de motocicletas por el ultimo y más largo túnel de la carretera, alargando el recorrido más de 30 minutos.




Desvare en Guamal
Acompañados por la lluvia pasamos por Villavicencio, capital del Meta, y paramos en Acacias a desayunar y descansar un rato, luego reanudamos el recorrido hasta que una pequeña falla mecánica nos detuvo algunos kilómetros adelante de Guamal: se calló el perno que une el portabandas con la barra que evita que gire (no se como se llama), perdiendo por tanto el freno posterior y torciendo la leva del freno y la varilla que lo acciona. 


Afortunadamente la rueda no se bloqueó por lo que pudimos regresar  lentamente hasta Guamal donde por suerte encontramos un taller abierto (ya que era festivo) donde por $7000 repararon la motocicleta de forma provisional permitiéndonos continuar el viaje. 


Una de las largas rectas de las carreteras del Meta


Reanudamos pues el recorrido hasta Fuente de Oro, donde reaprovisionamos y esperamos a tres motos más con las que hicimos el resto del recorrido (Pulsar, FZ 16 y V Strom). La carretera en esa zona es buena, con unas rectas larguísimas enmarcadas entre la inmensa llanura y un amplio cielo azul, rectas que me hacían desear tener una moto de mayor porte que nos permitiese ir más rápido. Sobre el medio día llegamos al restaurante "La Cucharita", reconocido sitio en la ruta (y uno de los pocos que hay en la soledad de la llanura) donde estaba programado el almuerzo de la caravana. Luego del almuerzo hicimos el tramo hasta el puente, tramo que nos tomó poco más de una hora, por una vía con tramos destapados pero transitables y pasando por Puerto Concordia, poblado solitario y olvidado que se nos presento con unas calles destapadas y casi intransitables para nuestras motocicletas, lugar que en ese momento se nos antojo como el final del camino, casi el fin del mundo.


Puerto Concordía, y una de sus calles en relativo buen estado.
Tramo destapado cerca a San José del Guaviare


En el puente nos recibió una comisión de Guaviarenses, allí esperamos al grueso del grupo mientras disfrutamos el paisaje a orillas del río Guaviare, para muchos de los viajeros su primer río amazónico.


No pudiendo negar mis raíces botánicas les comparto la foto de un "maraco",
Couroupita guianensis; tomada junto al río.




Nuestro "cambuche"




Un rato después salimos para la finca la Bombonera Campestre, donde montamos nuestro campamento y descansamos de las incidencias de un recorrido que nos tomó casi todo el día con una fría cerveza y acompañados por una orquesta de cigarras.








Una de las cigarras que amenizaron nuestra primera tarde en el Guaviare


Ya en la noche, junto con todos los motociclistas nos fuimos de rumba al pueblo (sin la moto) a una de las discotecas del lugar, donde con cerveza y baile cerramos el primer día de nuestro viaje. 


Con los compañeros de ruta en la discoteca