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Visitamos a Aldo Zolev en su casa en el campo, en una vereda entre Tabio y Tenjo, al pie de la Piedra de Juaica, alejada del frenético ruido y el ensordecedor ritmo capitalino. Allí, entre vinilos y agua de yerbabuena cultivada en el antejardín compartimos historias, recuerdos, canciones y el almuerzo.
Aldo Zolev |
Antes de salir a dictar su clase de ensamble me compartió algunos fragmentos de su cancionero azul, a ritmo de bosa-nova y acompañado de una guitarra con particular remiendo.
Sus canciones con tono íntimo y familiar hablan, entre otras cosas de "mi chica" (su chica), el nono, la lluvia y girasoles.
Con el compromiso de otro día subir a la Piedra de Juaica (inspiración de la canción que usted ha estado escuchando) y de volver por un poco de yerbabuena y de ruda para mi mala fortuna, nos despedimos, no sin antes dejarles esta canción, interpretada en una de sus resientes presentaciones en Buenos Aires.
Su cancionero azul |
Si quiere conocer un poco más de este músico y compositor pamplones y su arte lo invito a visitar estos enlaces:
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