viernes, 30 de septiembre de 2011

El Guaviare un paraíso por descubirir III

La Serranía de la Lindosa


Bueno, hace rato no les comparto nada, la cotidianidad a veces nos absorbe. Pero sigamos conociendo un poco más a este paraíso llamado Guaviare. El tercer día del viaje estuvo dedicado a la naturaleza, en particular a una de las maravillas naturales del departamento: La Serranía de la Lindosa.


Esta formación rocosa de más de 450 millones de años de antigüedad se originó mucho antes de que los dinosaurios pisaran la tierra, mucho antes de que nuestra cordillera andina se elevara por sobre el mar, cuando esa zona tenia una fuerte influencia marina. Hoy día, estas antiguas rocas  sobresalen sobre la llanura amazónica dando cabida a una vegetación muy especial y distintiva, diferente de la amazónica que la rodeada y que está más emparentada con la de otras formaciones rocosas mucho más al este, en Venezuela donde los tepuyes se elevan enigmáticos inspirando incluso al famoso mundo perdido de los dinosaurios que ha sido representado varias veces en el cine.

Rocas, Serranía de la Lindosa


Así que la mañana del sábado, anticipando la aventura, salimos temprano a desayunar y a hacer lavar la moto para quitarle los restos de ese barro rojizo y pegajoso que le cambiaron el color a todo el kit de arrastre de mi motocicleta. Como antesala a la aventura, y atendiendo una cordial invitación del hermano del gobernador fuimos al puerto donde llega la pesca del río Guaviare, allí departimos con los compañeros de ruta a la espera de la llegada de los pescadores, espera que valió la pena ya que vimos arribar un enorme bagre conocido como "lechero", que a duras penas cavia en el bote que lo transporta

"Lechero" pescado en el río Guaviare


Luego rodamos junto al grupo de alto cilindraje hasta un punto donde dejamos las motocicletas (suficiente barro por este viaje!!), allí un microbús nos recogió para llevarnos a destino. Algunos compañeros de bajo cilindraje más una Super Tenere y una BMW R1200GS (imposible que no) si realizaron todo el recorrido desafiando el barro y la roca.


Iniciamos la caminata en una sabana natural donde sobresalían rocas de formas caprichosas y enigmáticas que ya nos hacían sentir en un lugar diferente, fuera de lo común.







Los Túneles, Serranía de la Lindosa



Llegamos a un sitio conocido como "Los Túneles", donde en un afloramiento rocoso se formas cavernas y pasadizos en donde, a pesar de las recomendaciones del guía nos separamos del grupo mientras tomaba fotos a un lindo murciélago habitante de aquellas cavernas.

Murciélago filostómido, habitante de una de las cuevas de la Lindosa.



Luego de varias vueltas explorando el lugar nos encontramos con otro grupo con el completamos el recorrido. Después salimos rumbo a los pozos naturales donde disfrutamos de un delicioso baño en aguas cristalinas. Lo único que  lamento de la visita fue el corto tiempo de la misma, ya que por mi profesión se que es un lugar que esconde muchas maravillas dignas de ser conocidas, difundidas y protegidas, pero esas eran las características del viaje, un corto brochazo de este maravilloso lugar, como para antojarse y quedar con ganas de volver.




Caño de aguas cristalinas, Serranía de la Lindosa


Pa' que se antojen, una deliciosa mamona,
la popular carne a la llanera

Luego del reconfortante baño una larga caminata, un buen almuerzo y al camping a descansar un poco para la gran rumba de despedida, tremendo parrando llanero con el que cerramos este magnifico viaje, donde desde luego su Majestad el Joropo fue protagonista y donde los motociclistas, cambiaron sus botas y sus cascos por cotizas y sombreros para compartir la magia de la cultura llanera.

El día siguiente fue de retorno, levantarse muy temprano, recoger el campamento, los chiritos y coger carretera; siete y media horas despues, luego de un larguísimo trancón de Villao a Bogotá y tomando nuevamente la corroída variante de Pipiral (cuando nos dejerán pasar por el túnel?) llegamos a nuestra fría Bogotá, con cansancio sobre la espalda pero con las energías renovadas luego de confirmar una vez más las maravillas culturales y naturales que alberga nuestro país.




Dos excelentes cantantes de Joropo, que nos divirtieron con sus ingeniosas
improvisaciones a ritmo de arpa

Nuevamente el grupo de niños bailarines amenizaron la noche


PD: Para los interesados en conocer más sobre la serranía de la Lindosa les recomiendo este libro que está disponible en versión electrónica:

miércoles, 13 de julio de 2011

Guaviare, un paraíso por descubrir II


Un día lleno de Cultura: la llanera y la nukak



El segundo día del viaje había dos actividades programadas, la primera una actividad cultural en la gobernación del departamento, así que salimos  temprano al pueblo a desayunar y a dar una corta vuelta antes del evento.

Escultura en la plaza principal de San José del Guaviare


Sobre las 9:00 am nos congregamos en la plazoleta de la gobernación más de 200 motociclistas en nuestras máquinas, que incluían desde scooter de bajo cilindraje hasta motos de alto cilindraje entre las que destacaban BMW R1200 GS, Yamaha Super Tenere y una linda Honda Goldwing de los 70's con un poderoso bóxer de cuatro cilindros y 1000 cc de cilindraje.

Cantante de Joropo



El departamento del Guaviare ha sido poblado por varias colonias, entre las que predomina la colonia llanera dada su cercanía con el departamento del Meta. Por lo que luego de unas palabras de bienvenida por parte del señor gobernador, la actividad cultural se concentro en Su Majestad el Joropo, con música en vivo y un grupo de niños que bailan con gran maestría y entusiasmo bajo el ardiente sol. Al final hasta los motociclistas con sus vestimentas de cuero y sus pesadas botas se vieron contagiados por la música y terminaron zapateando junto a los niños, cerrando con broche de oro la magnífica actividad.

Grupo infantil de Joropo








Luego de la actividad realizamos una caravana por las principales calles de la ciudad y terminamos en el centro cultural donde almorzamos bajo un fortísimo aguacero que duro un par de horas. Ya en la tarde partimos a la segunda actividad del día, la visita a la comunidad Nukak Maku, una de las últimas tribus nómadas del mundo y que fue contactada hace pocos años. Lamentablemente la erosión de su cultura ha sido muy fuerte y han enfrentado muchas dificultades mientras tratan de adaptarse a una cultura ajena y que no proporciona espacios a otras formas de vivir en este planeta.

Para llegar al resguardo tuvimos que recorrer una carretera destapada, que aunque nivelada a causa de la lluvia se convirtió en un tremendo barrial que nos dificultó el recorrido a todos, especialmente a quienes teníamos motos de calle, a las que un barro rojizo y pegajoso bloqueó las ruedas impidiendo el avance y propiciando múltiples caídas. Yo mismo caí en dos oportunidades, una con mi novia en el recorrido de ida y otra solo en el de vuelta, por fortuna las caídas no fueron de consideración, siendo tan solo la caída de la moto en el barrizal. Finalmente decidimos dejar la moto a un lado del camino y completar el recorrido a pie.


Al llegar un grupo de unos 30 Nukak nos recibió a más de 200 personas, en un encuentro cultural bastante contrastante, donde resaltábamos los motociclistas con nuestra indumentaria y máquinas con la sencillez de los Nukak.

Indígenas Nukak Maku
Ellos en honor de nuestra visita hicieron una demostración de un entrenamiento de cacería, donde los hombres armados de jabalinas de madera intentaban atravesar un aro hecho con un bejuco y que lanzaban fuertemente por lo que atravesaba el campo de tiro con gran velocidad.


Ejercicio de cacería de los Nukak

Luego realizaron un baile muy sencillo con suaves cantos en su lengua...


Baile de los Nukak Maku

fue una visita corta e interesante, ellos son muy tímidos por naturaleza y no todos hablan español. A decir verdad este tipo de encuentros siempre despiertan en mi sentimientos encontrados que afectan un poco mi actitud y me ponen meditabundo.

El mundo indígena es complejo y más para quienes lo miramos desde nuestra sociedad occidental y cada día más globalizada.....

desde luego es muy valioso este acercamiento a otra cultura, que nos recuerda que hay muchas formas de solucionar el problema de cómo vivir y relacionarnos con el planeta y especialmente de cómo ser humanos...

Con las ruedas atascadas por el barro

con la cabeza llena de estas y otras reflexiones retornamos a la finca, no antes de enfrentar de nuevo el barrizal que tras el paso de tantas motos se complico aún más, convirtiéndose en toda una lucha sacar la motocicletas de allí. Lo bueno es que afloro la solidaridad que caracteriza nuestro gremio (el motero) y ayudándonos los unos a los otros sacamos nuestras motos hasta la carretera asfaltada.




Acá varios compañeros ayudando a quitar un poco de barro de la rudas
Luego y ya en la finca una lavada de emergencia a la moto y un merecido descanso para prepararnos para el último día en San José, un día lleno de naturaleza y aventura.


sábado, 4 de junio de 2011

Guaviare, un paraíso por descubrir


En esta ocasión les quiero compartir un viaje a los límites noroccidentales de la Amazonía, en el departamento del Guaviare, en Colombia.

San José del Guaviare es la capital del departamento del Guaviare; departamento que ha sido victima de las acciones guerrilleras por mucho tiempo generando un fuerte estigma de orden público; sin embargo la zona tiene un enorme potencial turístico, y actualmente goza de buen orden público y seguridad, además de una gran riqueza biológica a todos los niveles.


Por todo esto la empresa Travesías Selváticas  (https://www.facebook.com/profile.php?id=100002138743648), con el apoyo de la gobernación está promoviendo el turismo a la región, y organizó un atractivo plan para la semana santa de este año (21-24 de abril 2011).

A San José de Guaviare hay dos formas de llegar, una es por avión, y la otra por tierra a traves de una carretera que pasa por Villavicencio y varias ciudades del departamento del Meta, antes de entrar al Guaviare cruzando el enorme puente Nowen sobre el sobre el río Guaviare que sirve como frontera departamental.


Puente sobre el río Guaviare

Está fue la forma en que llegamos en el que es mi vehículo favorito y que se ha convertido en todo un estilo de vida y filosofía: la motocicleta. Así que  en compañía de mi novia, y junto a cerca de 200 motociclistas emprendimos el recorrido desde Bogotá. 

La madrugada del jueves 14 de mayo, en compañia de mi novia cargamos nuestras alforjas sobre mi FZ 16, motocicleta que a pesar de ser de bajo cilindraje (153 cc) nos ha llevado a visitar varios sitios del pais, incluyendo lugares tan alejados como Cúcuta en la frontera con venezuela. Sobre las 5:15 am emprendimos la marcha rodando solos y delante del grupo grande que saldría poco después.

Una pequeña pausa en la vía Bogotá-Villavicencio
Salimos de la ciudad por el Sur, tomando la vía a Villavicencio que nos conduce desde los bosques altoandinos hasta las llanuras de la Orinoquia en un recorrido que nos tomó cerca de dos horas y que nos obligo a tomar la vía antigua desde Pipiral la que se encuentra en mal estado, ya que las autoridades de tránsito inexplicablemente no permiten la circulación de motocicletas por el ultimo y más largo túnel de la carretera, alargando el recorrido más de 30 minutos.




Desvare en Guamal
Acompañados por la lluvia pasamos por Villavicencio, capital del Meta, y paramos en Acacias a desayunar y descansar un rato, luego reanudamos el recorrido hasta que una pequeña falla mecánica nos detuvo algunos kilómetros adelante de Guamal: se calló el perno que une el portabandas con la barra que evita que gire (no se como se llama), perdiendo por tanto el freno posterior y torciendo la leva del freno y la varilla que lo acciona. 


Afortunadamente la rueda no se bloqueó por lo que pudimos regresar  lentamente hasta Guamal donde por suerte encontramos un taller abierto (ya que era festivo) donde por $7000 repararon la motocicleta de forma provisional permitiéndonos continuar el viaje. 


Una de las largas rectas de las carreteras del Meta


Reanudamos pues el recorrido hasta Fuente de Oro, donde reaprovisionamos y esperamos a tres motos más con las que hicimos el resto del recorrido (Pulsar, FZ 16 y V Strom). La carretera en esa zona es buena, con unas rectas larguísimas enmarcadas entre la inmensa llanura y un amplio cielo azul, rectas que me hacían desear tener una moto de mayor porte que nos permitiese ir más rápido. Sobre el medio día llegamos al restaurante "La Cucharita", reconocido sitio en la ruta (y uno de los pocos que hay en la soledad de la llanura) donde estaba programado el almuerzo de la caravana. Luego del almuerzo hicimos el tramo hasta el puente, tramo que nos tomó poco más de una hora, por una vía con tramos destapados pero transitables y pasando por Puerto Concordia, poblado solitario y olvidado que se nos presento con unas calles destapadas y casi intransitables para nuestras motocicletas, lugar que en ese momento se nos antojo como el final del camino, casi el fin del mundo.


Puerto Concordía, y una de sus calles en relativo buen estado.
Tramo destapado cerca a San José del Guaviare


En el puente nos recibió una comisión de Guaviarenses, allí esperamos al grueso del grupo mientras disfrutamos el paisaje a orillas del río Guaviare, para muchos de los viajeros su primer río amazónico.


No pudiendo negar mis raíces botánicas les comparto la foto de un "maraco",
Couroupita guianensis; tomada junto al río.




Nuestro "cambuche"




Un rato después salimos para la finca la Bombonera Campestre, donde montamos nuestro campamento y descansamos de las incidencias de un recorrido que nos tomó casi todo el día con una fría cerveza y acompañados por una orquesta de cigarras.








Una de las cigarras que amenizaron nuestra primera tarde en el Guaviare


Ya en la noche, junto con todos los motociclistas nos fuimos de rumba al pueblo (sin la moto) a una de las discotecas del lugar, donde con cerveza y baile cerramos el primer día de nuestro viaje. 


Con los compañeros de ruta en la discoteca



domingo, 8 de mayo de 2011

En el Perú (Parte VIII): Cusco

Cusco: Cosco: El Ombligo


El ombligo, el centro del mundo, así veían los Incas a esta ciudad que funcionó como capital del Imperio Inca, hasta que Pizzarro la "Conquistó" y la introdujo en el mundo occidental.

Sábado 13 de noviembre de 2010, luego de regresar de Machu Picchu y pasar la noche en un hostal que conseguí pasada la media noche me prepare para pasar el último día en la tierra de los Incas y en el Perú, luego de varias semanas alejado de los mios, del país y la cotidianidad.

Lo primero labores logísticas, un nuevo Hostal (Garcilazo por 35 sl), ya que los dos en los que había dormido no me gustaron, medicamentos (el malestar estomacal continuaba), recoger ropa de la lavandería, comunicarme con mi novia, confirmar los vuelos de los días siguientes y separar el tour turístico por la ciudad (City Tour) para la tarde, ya que me había dado cuenta que caminando por mi cuenta no sabria donde ir.

Luego una corta caminata, tiendas de artesanías, los obligatorios "souvenires", y un almuerzo de 3 soles (unos $1900 pesos colombianos).


Plaza de Armas, Cusco


Sobre las dos de la tarde me encontré con Martina, una compañera del tour a Machu Picchu, con quien acordé hacer el recorrido. Acabamos de pagar el tour que costo 15 soles, más el Boleto Turístico por 70 soles, que vende la municipalidad y permite el ingresos a los diferentes sitios. Abordamos el Bus donde una guía nos dio las indicaciones por partida doble: en ingles y español.

El tour visita varios construcciones Incas en la ciudad y sus alrededores, proporciona el transporte en bus y la guianza, y ocupa toda la tarde. Se que muchos pensaran que los toures no son la mejor manera de conocer estos lugares, pero en realidad me permitó conocer de manera rápida y económica los diferentes sitios, ya que en principio no hubiese sabido a donde ir. También me permitió compartir con diferentes personas e incluso hacer buenos amigos, como sucedió con Martina a quien envío un cálido saludo.

El primer sitio visitado fué Coricancha, al interior de la ciudad y no muy lejos de la plaza de armas; donde para ingresar debimos pagar 10 soles adicionales, ya que no es parte de los bienes de la ciudad y pertenece a los monjes Dominicos, quienes tienen allí un iglesia, un monasterio y otras cosas relacionadas.


Coricancha

La del centro es probablemente la piedra
más pequeña de las construcciones Incas,
tiene cerca de una pulgada de altura.
Coricancha fué uno de los emplzamiento más importantes para los Incas, donde funcionaban varios templos, entre ellos el templo del Sol (Inti) cuyas paredes estuvieron revestidas con oro, allí el trabajo en la piedra es el más elaborado de todo lo que alcancé a ver, donde las piedras encajan de manera perfecta unas con otras y las superficies son muy uniformes y bien trabajadas. 

Para mi fue el sitio que más me entristeció visitar ya que aun es de la Iglesia Católica y no de los peruanos y porque fue parcialmente destruido y sobre sus bases se yerguen las toscas paredes de una iglesia construida por los invasores españoles, resumiendo de manera gráfica lo acontecido tras la invasión. 


Uno de los templos de Coricancha
El segundo sitio fue Sacsayhuaman que según la guía fue centro ceremonial y fortaleza a la vez, se caracteriza por estar protegida por una serie de tres muros megalíticos que siguen un trazado en zigzag, uno exterior y dos internos, que resguardan las demás construcciones y que concuerdan muy bien con la hipótesis de fortaleza militar. De acuerdo con la guía la disposición en zigzag está inspirada en el rayo y el lugar funcionaba también como templo a este; pero personalmente encuentro que esta disposición se relaciona con su función militar, de forma similar a algunas construcciones medievales europeas. Desde luego en este campo lo que se conoce está basado en gran medida por las suposiciones de los investigadores, por lo que no hay certeza al respecto.


Sacsayhuamán, hay quienes dicen que algunas de estas rocas representan la huella de un puma



Sacsayhuaman

Túnel en Quenco



Luego visitamos el emplazamiento de Quenco, a pocos minutos de recorrido, sitio que integra muchas rocas naturales dentro de las construcciones, con algunos sitios subterráneos, se piensa que tenía una función ceremonial.  



Monolito en Quenco



Quenco


El siguiente sitio fue Puca Pucara, la fortaleza roja, ubicada en lo alto de una colina, fue un punto estratégico ya que era paso obligado entre el Cusco y otras regiones del imperio, entre sus funciones estaba la de controlar el paso en los caminos Incas.


Puca Pucara


Vista desde Puca Pucara
El último sitio que visitamos fue Tambomachay, considerado como el baño del Inca, que se cree funcionaba como su sitio de descanso. Tiene un complejo sistema de irrigación que alimenta permanentemente una fuente con tres caídas de agua, donde las dos últimas tienen el mismo flujo, una buena muestra de la gran capacidad arquitectónica de los Incas y de su dominio del agua.

Tambomachay, bella muestra de como los Incas incorporaban los rasgos del paisaje en su arquitectura


Calle céntrica de Cusco
Al finalizar la tarde regresamos a Cusco y luego de un mate en uno de los cafés del centro me despedí de mi nueva amiga Martina. Poco después me encontré con Isau, el colega con el que trabajé en el bosque, cenamos y fuimos a una discoteca a disfrutar de  algunas cervezas mientras escuchábamos música tecno mezclada con cumbias y otros aires folclóricos con los que los jóvenes rumbean allá.


Entrada la madrugada regresé al hostal a preparar las cosas para mi regreso a casa, ya que a las 6:00 am debía estar en el aeropuerto para emprender el viaje de retorno, el que me tomó todo el día y que tuvo sus contratiempos, como un largo retraso en el vuelo a Lima y el prejuicio de un guardia de seguridad en Cusco, que dada mi nacionalidad y mi pinta se dedico a buscar insistentemente en mi maleta productos que tuviesen "coca" como el decía con su maliciosa mirada.




Sobre las 8:30 pm aterricé en Bogotá y sobre las 10:00 pm finalmente regresé a casa luego de un largo mes, dejando atrás al Perú, sus bosques y sus fantásticos seres, su deliciosa gastronomía, la amabilidad de sus gentes, su pisco, sus cervezas y las grandiosas maravillas de su pueblo Inca. 


domingo, 10 de abril de 2011

En el Perú (Parte VII): Machu Picchu


Machu Picchu: La Montaña Vieja

Es el nombre con el que se conoce actualmente a este famoso emplazamiento Inca, un sitio sagrado que congrega a miles de personas de diversas nacionalidades, y el motivo de mi viaje al Cusco. Si bien no es el emplazamiento Inca más importante si es uno de los más famosos y mejor preservados.

Ubicado en la cima de una montaña a 2400 m sobre el nivel del mar la ciudadela es sin duda una maravilla arquitectónica prehispánica, que refleja estilos y técnicas de construcción usadas en todos los rincones del vasto imperio Inca, y representa aún un misterio para quienes tratan de dilucidar como y porque contruyeron una ciudadela en dicho lugar.

Construida principalmente durante el siglo XVI bajo el reinado de Pachacútec, duró muchos años olvidada y abandonada hasta que a finales del siglo XIX y principios del XX fue redescubierta por un grupo de peruanos y dada a conocer al mundo por Hiram Bingham en 1911; actualmente la ciudadela es un destino turístico de talla internacional que congrega a personas de diversas nacionalidades, especialmente de Europa y Asia, tanto así que para comunicarse allá se debe hablar en Inglés.

Hay dos formas de llegar desde Aguas Calientes, en bus por la carretera "Hiram Bingham" que es destapada pero en buen estado, o a pie a través de un camino Inca de piedra, cortado por la carretera en varios puntos, forma en la que subí junto a varios compañeros que hacían parte del tour.

Camino Inca a Machu Picchu
A las 4:15 am nos encontramos en la entrada del Hostal para iniciar la caminata de ascenso a las ruinas. La ruta sale de Aguas Calientes por una carretera que corre paralela al río Urubamba, luego se cruza este río por un puente colgante junto al puente vehicular que abre sus puertas a las 4:45 am, y se inicia el ascenso por los escalones en piedra de la época Inca, el ascenso es duro y toma poco más de una hora, las hojas de coca fueron un buen energético para la caminata, y me ayudaron a concentrarme para entrar en un sitio tan especial.

Al llegar a la cima una larga fila de turistas se agolpaba frente a la entrada del parque mientras unos funcionarios sellaban los tiquetes de ingreso para poder subir a Waina Picchu (Montaña Nueva) en cuya cima hay otro emplazamiento Inca, allí solo permiten subir 400 personas cada día.


Salida del Sol


Al ingresar uno se queda sin aliento, es un sitio majestuoso y lleno de significado, tras pasar las puertas tuvimos tiempo de disfrutar la salida del sol tras las montañas y de tomar algunas fotografías de la vista clásica del lugar.




Sobre las 6:30 empezamos el tour con un guía local quien diligentemente nos enseño los sitios más importantes de la ciudadela y nos dio una completa explicación sobre el lugar.


Machu Picchu
Estando allá me volví loco tomando fotos, tanto así que en un rato llene la tarjeta de memoria y descargue la batería, claro que como fotógrafo previsivo tenía un par de tarjetas de memoria adicionales así como una batería de repuesto, tristemente no lo fui suficiente y en un descuido las dejé en el Hostal de Aguas Calientes.


Terrazas de cultivo, en ellas los Incas cultivaban evitando la erosión y derrumbes.
Campesinos peruanos las usaban para sus cultivos poco antes
de que la ciudadela fuera dada a conocer al mundo occidental.

Torreón o Templo del Sol, 
única estructura de contorno curvo en la ciudadela

Templo de las tres ventanas, alineadas con el solsticio de verano


El Tour terminó sobre las 8:20 am cerca de la Intihuatana, la piedra a la que ritualmente se ató al sol para que no se fuera de este mundo. En varios emplazamientos Incas hay Intihuatanas.


Intihuatana


Luego emprendí el ascenso a Waina Picchu, por una dura y escarpada ruta con más de 400 escalones de piedra, desde allí se puede observar a Machu Picchu desde arriba y hay varias edificaciones en roca, de alguna forma aún mas misteriosas que las de Machu Picchu ya que el acceso es mucho más difil y el sitio es muchísimo más pequeño y escarpado.


En toda la cima el camino lo obliga a uno a pasar por una pequeña cueva entre la roca antes de poder apreciar la panorámica del lugar, allí decidí hacer un pequeño pagamento con hojas de coca, y para mi sorpresa al ingresar el sitio estaba lleno de ofrendas de la hoja de esta planta sagrada; sin duda muchas personas tuvieron mi misma intención, mostrándome lo especial de ese punto en particular. 


Waina Picchu
Machu Picchu oculto por las nubes, 

vista desde la cima de Waina Picchu

El descenso fue bastante duro por lo escarpado del terreno y lo angosto de los escalones, especialmente para mi rodilla lesionada. Luego tuve la oportunidad de explorar por mi cuenta la ciudadela, donde trataba de imaginarme como fue vivir allí mientras observaba por las ventanas trapezoidales de las casas.


Tren entre Aguas Calientes y la Hidroeléctrica
Sobre el medio día bajé en bus a Aguas Calientes en compañía de Martina una compañera del tour, luego de una enorme cerveza de más de un litro tomamos el tren hacia la Hidroeléctrica donde nos esperaba la camioneta que nos llevo el día anterior y emprendimos el regreso a Cusco. Llegamos pasada la media noche ya que un derrumbe en la carretera nos detuvo por más de tres horas.